Quiero primero aclararte antes de entrar en el tema de este artículo, que no vendo ningún tipo de seguro ni planes de previsión. Simplemente quiero hablarte de la importancia de prevenir desde la óptica financiera y de mi experiencia personal. Si al final tu decides comprar algún tipo de plan y quieres mi ayuda, con gusto puedo compartirte con más detalle mi experiencia, pero hasta ahí, este no es un articulo para venta de seguros ni nada por el estiloCuando se es joven, rara vez nos ponemos a pensar en estos temas. Recuerdo que cuando empecé a trabajar, durante los primeros 10 años, no asistí a ninguna plática sobre el seguro de gastos médicos de la compañía y mucho menos del plan de pensiones.
Sin embargo, la edad no es de ninguna forma una garantía de que los imprevistos no van a llegar. Te comparto mi experiencia personal. Hace 7 años cuando mi esposa y yo (un matrimonio joven y perfectamente sano) nos enteramos que esperábamos una bebé con una enfermedad genética que se presenta en uno de cada 50,000 nacidos y que requeriría cuidados intensivos desde su nacimiento, pudimos evitar la profunda preocupación del impacto económico que eso traería en nuestras vidas y nos pudimos ocupar solo de la cuestión emocional. Gracias a un seguro de gastos médicos en exceso que había contratado desde hacía varios años, esa parte de nuestra preocupación estaba cubierta.
Mi padre durante toda su vida fue enemigo de los seguros de gastos médicos. Él pensaba que terminabas pagando lo que al final te ibas a gastar en una enfermedad durante la vida de la póliza. Un día visitando a un tío en Monterrey quien había ingresado al hospital por una cirugía muy sencilla que se le complicó y terminó siendo una hospitalización larga y muy cara, mi madre lo convenció de comprar un seguro de gastos médicos. Eso fue un diciembre. Al siguiente enero mi padre sufrió un accidento que lo mantuvo durante 31 días en terapia intensiva. El impacto económico… casi nulo.
Cierto es que no en todos los casos se presentan situaciones así de extremas, pero lo que quiero compartir contigo es que aun cuando las posibilidades podrían ser pocas, los imponderables pasan. Es el mismo caso de los seguros de vida, sobre todo cuando tus hijos son pequeños. Eso te da la tranquilidad de que pueden tener lo básico si llegas a faltar.
Otro punto de previsión es el retiro. No se si alguna vez han recibido asesoría de sus agentes de afores, pero todos aquellos que empezamos a trabajar en la segunda mitad del año de 1997, cuando lleguemos a la edad de jubilación, recibiremos solo el dinero que tengamos en nuestro afore. Aquellos que empezaron a trabajar antes de esa fecha recibirán una pensión vitalicia del seguro social que será de unos 60,000 pesos mensuales libres si tu sueldo fue de ese nivel o mayor y muy parecido a tu sueldo actual si fue de menos de 60,000 pesos. Los que estamos por esquema de afores, si no nos hacemos de otro medio de ingresos, ni hacemos ningún tipo de inversión y nos conformamos solo con lo que nuestra empresa aporta, el importe que vamos a recibir en nuestro retiro será de aproximadamente 15 al 20 % de tus ingresos actuales.
No te digo que necesariamente inviertas en tu afore, no es malo en sí, pero no es la única manera de prevenir para tu retiro. De lo que quiero que sea consciente es que, si no haces un esfuerzo por hacer una base de activos o inversiones desde tu juventud, será muy difícil la etapa de tu ancianidad y terminarás convirtiéndote en una carga para tus hijos
Hoy en día los padres nos esmeramos por tratar de darles a los hijos lo mejor. Como ya comenté en un artículo previo, una escuela cara, vacaciones de lujo, ropa, regalos etc. pero a veces olvidamos hacer dos cosas sumamente importantes: prepararlos para su independencia económica con una adecuada educación financiera, lo que hace que tengamos hijos mayores que siguen sangrando a sus padres, pidiéndoles prestado, acabándose los ahorros de sus padres con sus deudas , convirtiéndoles en guarderías personales para sus nietos etc y tampoco nos preparamos para no ser una carga para ellos. Cuando les damos todo y muy fácil, además de no enseñarlos a ganar el dinero, los hacemos egoístas y difícilmente se ocuparán de ti cuando te vuelvas anciano…. y sabes algo…. La realidad es que no tendrían una estricta obligación de hacerlo. La responsabilidad que tenemos con nuestros hijos es educarlos y ayudarlos a ser independientes. Una vez que lo son, ellos tienen sus obligaciones con su propia familia y es nuestra obligación prepararnos para una ancianidad digna. Dándoles tanto, aún en la edad adulta, nos los dejas madurar económicamente y comprometes tu propio futuro. Si no te preparaste por dárselo todo a ellos o por gastártelo tú, ahora estarás esperanzado que personas a las que no educaste para generar riqueza, se sientan obligados a mantenerte cuando no es su obligación. Muy mal negocio provocado por nosotros mismos.
Claro que también es reprobable la actitud de padres que teniendo su propio dinero quieren que los hijos los mantengan. Eso se llama avaricia. Tampoco es justo ser un ancla para los hijos si tu tuviste la oportunidad de hacer un patrimonio y no lo hiciste.
No quiero decirte que, si tus padres tienen una verdadera necesidad y lo enfatizo como tal, verdadera necesidad, debas dejarlos a su suerte. Más si es importante saber que la responsabilidad número uno es con tus hijos y con tu familia, así como nuestra responsabilidad hoy es no solo darles a los hijos, sino cumplir con el gravísimo deber de prevenir nuestra ancianidad y prepararnos para ella desde hoy.
Que bello es dejar hijos independientes y no ser una carga para ellos. Eso facilita la convivencia familiar y da paz, elimina las envidias y da cordialidad a las familias
Quizá me digas: eres un hipócrita.. tu que en muchas ocasiones te has dicho creyente no crees que debamos confiar en que Dios se ocupará de nosotros…. Tienes razón, déjame contarte una historia que ilustra claramente como opera la providencia de Dios:
Una vez escuché una fábula sobre un religioso que quedó atrapado en el techo de su casa durante una inundación. Él le rogaba a Dios con mucha fe que viniera a rescatarlo. Un día llegaron los bomberos, pero él ni quiso irse porque estaba esperando que Dios viniera directamente a rescatarlo, luego llegó un bote de un vecino que ofreció sacarlo de ahí, pero él se reusó. Finalmente el religioso murió y cuando se presentó ante Dios, le reclamo por no hacer ido a salvarlo, a lo que Dios replicó… claro que lo hice: te mandé a los bomberos y a tu vecino. Dios opera muchas veces de esta manera. Quizá en este momento te está ayudando a que ves que debes de cambiar la manera en que gastas e inviertes tu dinero para darte una ancianidad digna. El te da la salud hoy, tu trabajo, tus ingresos y tu capacidad para que tu mismo con su ayuda hagas algo por ti y tu futuro. El está proveyendo desde hoy lo que tú necesitas.
Cuales son los tres puntos que rescataría de este artículo:
1.- Los imprevistos ocurren, por muy joven que seas. Es inteligente estar cubierto. Hay opciones incluso que te permiten no perder lo que gastas en las coberturas si nada malo te pasa. Te recomendó buscar asesoría adecuada
2.- No es responsabilidad de tus hijos el mantenerte en la vejez, pero tampoco es tu responsabilidad mantenerlos después de su edad productiva. Edúcalos para ser independientes financieramente, pero preocúpate de tu propio futuro. Eso es también un acto de amor para no ser una carga para ellos.
3.- Dios siempre se ocupa de ayudarte, pero la mayoría de las veces lo hace dándote los dones y talentos para que lo hagas por ti mismo, confía en él, no te preocupes por el futuro… más bien ocúpate de usar lo que él te ha dado para forjarte una buena ancianidad.
Y como siempre me despido deseándote lo mejor.
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